Sunday, April 22, 2012

Ensayo "El perfume"

En "Genésis del Sujeto y el Objeto en El Perfume de Süskind", de Jorge Marugán Kraus, el autor expone sus ideas acerca de la creación de Sujeto y Objeto en la novela del escritor alemán desde el punto de vista de su especialidad, la psicología.

Como novela posmoderna, El Perfume es una historia de gran profundidad piscológica; el ritmo de la novela va marcado por el descubrimiento del personaje principal, un descubrimiento que es individual, interno y que va de la mano de la misma génesis (el personaje se crea a sí mismo a la vez que se descubre, o se descubre a la vez que se crea). Marugán habla en su trabajo de la idea del falo, un concepto freudiano que corresponde a la imagen que falta y que es aquella, imaginaria, que completa el Yo; el objeto de deseo. Podemos argüir que el objeto de deseo en El Perfume es, esencialmente, el olor "perfecto" que lleva al protagonista de la novela, Grenouille, a asesinar a las veinte muchachas que perecen durante la novela. Este olor, sin embargo, no es simplemente un concepto superficial, sino la representación narcisista de la completitud humana, de la completitud de Grenouille.


En la novela, Jean-Baptiste Grenouille acaba por conseguir su objeto de deseo, “el falo sin la falta”, como dice Marugán, un “objeto sexual para todos”. Grenouille consigue capturar la “idea de a”, cubrir el agujero de la necesidad humana; sin embargo, la novela no acaba en el momento en que Grenouille consigue el olor perfecto, “el falo sin la falta”: Después de la gran bacanal que sigue a la revelación de “el perfume” (ese perfume que podemos pensar es el que da título a la novela), Grenouille va en busca de su muerte, porque (citando a la novela de Süskind): “no podía disfrutar ni un segundo de aquel triunfo […] él no los amaba [a los demás], los aborrecía.” He aquí el momento clave de la novela: Tras ocupar página tras página con la búsqueda del “falo” freudiano y su génesis (pasamos aquí a la génesis del Objeto, que es una génesis literal puesto que Grenouille crea su propio falo a partir de diferentes partes partes de un todo – el olor – que va arrancando indiscriminadamente mediante el asesinato), ¡el objeto de deseo no es satisfactorio! Puntualicemos: No es el objeto de deseo lo que no es satisfactorio en sí, el objeto de deseo es “perfecto” y universal, pero no cubre las necesidades de Grenouille. El protagonista, que, en su reclusión en la cueva, pretendía erigirse como un Dios, al ser reconocido como tal descubre que ha luchado por una necesidad que no era la suya (un bien enmascarado deseo sustitutivo epicúreo, quizá), sino por una “idea de a” colectiva que, al fin, no responde a sus propios ideales, sino a los de un colectivo que él aborrece y del que ha querido aislarse durante toda su vida. No hay un “falo sin la falta”, no es ni siquiera un placebo: La verdadera falta está en una necesidad intrínseca de Grenouille que es una paradoja, es irrealizable, es verdaderamente un “a-gujero” (como dice Marugán): La necesidad narcisista de olerse, el deseo de infinitud de Grenouille (que relaciona su olor con el más perfecto de los olores) se enfrenta a la limitación humana, y es entonces cuando Grenouille, que desprecia a la humanidad, se da cuenta de su pertenencia a la misma y decide ir en busca de la muerte.

La tragedia de Grenouille es una tragedia puramente humana. El protagonista y su deseo megalítico son las dos caras de una misma moneda (el Yo), que aun sin existir por separado no pueden convivir, no pueden coexistir en tanto que tienen conciencia el uno del otro. El mito de la completud humana se desmorona, crea un colapso en el concepto del individuo, lo enfrenta a la pregunta última de su esencia y desencadena, como en el caso de Grenouille, su inevitable destrucción. La novela de Süskind ilustra el drama del engaño humano, Marugán escarba en los principios psicológicos de este engaño que, en mayor o menor medida, nos afecta a todos.

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